Valencia



Sunday, November 22, 2009

Un día...

Un día...nació mi hija...
igualita a su padre, con tez dorada, como sacadita al Sol...
con pelo oscuro como su padre,
con ojos más pequeños como los de él,
color almendra, color hoja seca, color aceituna...
como el brillante Sol...
igualita a su padre,
voluntariosa,...
Y en sus primeras tartamudeantes palabras
llamó a mi madre: -Mamá -Chuta
bautizada así mi madre se quedo
con ese nombre que mi pequeña creo para ella
y en todas partes resonaba
el nombre otorgado a mi madre
de pronto
todos la llamábamos
de vez en vez, Mamá-Chuta...
por eso, me llamo Chuta en el blog...
nada parecida a mi madre, lo reconozco,
pero me embarga una sensación hermosa
prolongar su nombre en este espacio...
y mi hija de seguro, le ha de saber a "miel de abejas"
leerlo cada vez que lo lee...
aunque su Mamá-Chuta, tiene albergue en su alma...
venir a decirle Hola: Chuta, Chutica, es un recuerdo hermoso cada vez que se queda grabado
su nombre en el espacio de la internet...


Nota: Para Chuta, mi Mamá-Chuta...de tu negrona

1 comment:

paolav said...

Los nombres no son una casualidad, marcan recuerdos y sentidos. En China, Japón u otras culturas ancestrales cada nombre significa algo, en occidente muchas veces no sabemos lo que quieren decir, pero nosotros le damos un sentido distinto del fonema, un sentido que tiene que ver con el corazón.

Un abrazo